Dos
son las fuentes del saber de una persona: una es su propia experiencia; otra es
la información que recibe de otras personas. El hombre es curioso, quiere saber
por qué sabe, busca la explicación a los hechos, pregunta por qué ocurren
algunas cosas, contradictorias, inexplicables: este deseo es innato, sea o no
sea científico, sea o no sea filósofo. Todo este cúmulo de conocimientos
constituye el saber precientífico (o vulgar) que frecuentemente está conectado
con los intereses prácticos del individuo y también se da en un plano puramente
teórico, es meramente sensible, resultado de la experiencia que proporciona los
sentidos, en íntima relación con la inteligencia, o por otros individuos que
tienen más conocimientos, ante una explicación superficial de los hechos.
El
saber científico es el que caracteriza a la ciencia, y que presenta las
siguientes propiedades:
A) debe ser cierto, puesto que no hay ciencia sino hay
certeza, esta no puede ser absoluta; alguna vez se ha comprobado que el saber
científico no estaba ajustado a la verdad. La ciencia progresa, lo cual quiere
decir que el saber cierto de ayer es corregido por los resultados de las
experiencias comprobadas hoy.
B) El saber científico debe ser también universal,
no hay en rigor, ciencia de lo singular: el que comprueba que este rosal se
marchitó al comienzo del otoño, no tiene derecho a inferir que “los rosales se
marchitan al comienzo del otoño. El saber científico se expresa por medio de
“leyes” cuya universalidad debe ser convalidada para que sean tales.
C) El
saber científico debe ser también metódico; es decir, adquirido con método, a
través de un proceso razonado, premeditado, que conduce con seguridad a la meta
de la investigación.
D) El saber científico deber ser sistemático, porque los conocimientos
desorganizados no lograrán jamás constituir una ciencia si no están
relacionados entre sí; con relaciones objetivas no con relaciones arbitrarias
ideadas por el investigador.
E) El saber científico deber ser etiológico, en el
sentido de que debe dar razón de las causas que provocan el fenómeno, debe
señalar el origen de los hechos, siempre de acuerdo con cada ciencia.
El
saber filosófico se diferencia del saber científico como la filosofía se diferencia
de las ciencias particulares. Por consiguiente, aunque ambos tienen caracteres
comunes: universalidad, método, certeza, sistematización, tienen discrepancias:
la universalidad del saber filosófico no excluye absolutamente nada, mientras
que la del saber científico abarca únicamente un determinado sector de cosas
(fenómenos químicos, fenómenos físicos). Además, el saber filosófico es un
saber de los primeros principios, un saber por las primeras causas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario